Mediterráneo
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88 Te delata tu olor mientras estás detrás de la pared ordenando al silencio que se calle simulando tu ausencia Entonces te entrego en un abrazo mi alma extraviada como un niño en un laberinto 103 Como granos de sal que brillan luego se disuelven. Así desaparecieron aquellos hombres que no me amaron
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«Aquello era el Mediterráneo. Más tarde, Mümtaz aprendería por los libros lo que era el Mediterráneo, cómo acogía al ser humano con la facilidad de la vida, cómo el sol, el aire transparente, la claridad de sus aguas extendiéndose hasta la ínea de horizonte y bodando ante la mirada sus riberas con cada ola y
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